jueves, 14 de junio de 2012

No habrá nadie que te quiera…

En algún momento de la tarde de ayer, miércoles 13 de junio, entre las 14 y 21 horas, un apasionado grafitero dejó una nueva dedicatoria a su amada en la rambla del Vinalopó, bajo el puente Nuevo o de Canalejas.

Con esta nueva dedicatoria, que ha necesitado esquivar los mensajes subyacentes, se recupera el espíritu amoroso que había sido desplazado en los últimos meses por otros textos de tinte más o menos político.

Con un azul eléctrico nada discreto, el texto no está exento de cierto egocentrismo, puesto que el protagonista del mensaje es su propio autor. No nos engañemos: su intención es buena, pero las palabras le traicionan porque el halago se dirige a sí mismo, idea que viene reforzada aún más por el uso de las mayúsculas.

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