viernes, 13 de julio de 2012

No por mucho madrugar

Dejen que les confiese que la imagen que hoy les traigo la habré tomado fácilmente en una docena de ocasiones, posiblemente y sin duda más, porque es una de esas fotos que siempre olvido guardar en la carpeta apropiada, renombrar y tener a mano para publicar... Hoy que la he localizado no se escapa…

En ella, en esta foto, tenemos un claro ejemplo de cómo el refranero, y los sabios consejos que con él se transmiten, permiten una interpretación personal, y una adaptación específica a la experiencia y vivencia de cada uno.

Aunque se trata de una clara combinación, muy posiblemente confusión, y referencia a dos refranes tradicionales distintos, ("no por mucho madrugar amanece más temprano", y "a quien madruga Dios le ayuda"), el resultado de este collage gramático es un original y nuevo consejo, muy acertado y no exento de razón. Por todo ello le damos un aplauso, aunque el lugar para plasmarlo sea el Palacio de Jorge Juan, en la calle Corredora.

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