Un poco de paciencia y una velocidad de obturación lo suficientemente lenta nos dejan hoy esta curiosa imagen frente a una de las plazas más céntricas de la ciudad.
¿Son tres piernas? ¿Un pantalón con una pierna blanca y otra negra?
La mayor de las veces solo descubrimos estas capturas en casa, en la tranquilidad de nuestro estudio, frente al monitor durante las sesiones de revisión de fotos… Estamos pues, ante otro ejemplo de que siempre habrá tiempo de borrar una toma. Más aún el elemento diferenciador en este caso lo proporciona muy acertadamente la aparición de los espontáneos cruzando bajo la ventana.
¿Cuántas fotos pensamos que son un desastre y luego, con el tiempo, las vemos diferentes, disparadas en el momento oportuno?
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